¡Organo de Difusion Virtual del Colectivo Trazando Senderos de la Universidad de Chile! - trazando@gmail.com

| Suscríbete vía RSS

16 de febrero de 2009

A movilizarnos por un nuevo campus - Abril 2008

| |

El año pasado el movimiento estudiantil en el campus y en nuestra facultad generó discusiones y pequeñas movilizaciones en torno al proyecto JGM, el cual finalmente quedó en la nada tras perder el piso económico y político que supuestamente tuvo en sus inicios.

Este proyecto estrella del rector Víctor Pérez tuvo su renacer a fines del año pasado, ahora bajo el nombre de Proyecto Bicentenario, cuando en un emotivo discurso la mismísima Presidenta de la República comprometió dineros por parte del gobierno para la revitalización de las Artes, las Humanidades y las Ciencias Sociales.

Se crearon comisiones de trabajo conformadas principalmente por académicos de las distintas facultades del campus, las cuales comenzaron a funcionar en Enero. Pese a que una de ellas recibió el nombre de comisión de Gestión Académica, los temas tratados en ella tenían relación esencialmente con la nueva infraestructura que se quiere implementar en el Campus. Ni hablar de líneas de desarrollo académico, de investigación o de mejoramiento de calidad. Los Decanos y demás participantes presentaron de forma totalmente antidemocrática ciertas prioridades de cada facultad, lo cual servía como argumento para llevarse el pedazo más grande en la repartición de la torta.Siempre se recibirá de buena gana cualquier ayuda económica por parte del Estado que busque revitalizar y potenciar las áreas de nuestro alicaído Campus, sin embargo, no podemos ser ilusos y pretender que con esto vamos a solucionar todos los problemas de nuestras disciplinas, ¿Acaso “embelleciendo” nuestro entorno o construyendo edificios mucho más modernos podremos parchar la deuda histórica de los gobiernos de la concertación y particularmente de las rectorías que han dejado de lado este Campus como el hermano pobre de la familia?

La irresponsabilidad erigida en norma: inconvenientes de una gestión economicista.

Las carreras que se imparten en Juan Gómez Millas no son carreras rentables por excelencia, y nuestras facultades ya se encuentran en un hoyo económico del cual parece difícil salir tomando en cuenta que todos los años terminan el balance económico con números rojos. El auto-financiamiento universitario ha demostrado no ser propicio para el desarrollo de nuestras disciplinas.El Proyecto Bicentenario parece no tomar en cuenta aquello y se lanza sin ninguna consideración económica a largo plazo, a la generación de nuevos gastos a futuros de manera irresponsable. ¿De qué sirve construir espléndidos edificios si después no seremos capaces de mantenerlos ni de asumir las deudas de su construcción? ¿De qué sirve que nuestros profesores se vayan a doctorar si luego nuestras facultades no contarán con los recursos para pagarles sueldos que los retengan trabajando en nuestra universidad?

Para dimensionar la magnitud del problema. El proyecto actualmente contempla un gasto de 40.000 millones de pesos aproximadamente. De los cuales 25.000 millones serían facilitados por el gobierno, 5.000 millones provendrían del fondo común de la Universidad de Chile y 5.000 millones de la venta de patrimonio, un terreno en La Reina, cuya ganancia se transformaría en activos. Los 5.000 millones restantes provendrán de las distintas facultades, no teniendo otro camino que endeudarse aún más únicamente para que se ejecute el proyecto, ni pensar para que sea sustentable a largo plazo.

El proyecto de campus no ha contemplado a la comunidad universitaria.

Como si esto fuera poco, los estudiantes que ya llevamos más de un mes asistiendo regularmente a clases, hemos recibido sólo incertidumbres, informaciones que cambian todos los días, cero comunicaciones al Campus en general. En síntesis el proyecto se esta construyendo sólo con las ambiciones de particulares, y se intenta pasar por consenso triestamental algo que nunca discutimos.

Últimamente, hemos escuchado reiteradas veces en sus discursos la alusión a una "comunidad" universitaria, sin embargo, a la hora de decidir la dirección que seguirá el campus en los siguientes años no tienen problemas en encerrarse en cuatro paredes para firmar a tontas y a locas un documento. Documento que acarrea un montón de implicancias sobre las cuales ni ellos mismos son totalmente concientes. ¿De qué forma generarán 5.000 millones de pesos nuestras facultades? ¿Es posible sacar 5.000 millones de pesos de la venta de un terreno en La Reina?

A movilizarnos por una revitalización real.

Todos estos antecedentes nos llaman a pasar a la acción, a ser capaces de comenzar el camino de la movilización para lograr implantar nuestras propuestas. Muchos de los pequeños cambios que se le han hecho al proyecto han dependido de la presión que hemos logrado ejercer de distintas maneras, en las comisiones centrales y en las locales. No obstante, estos virajes no son suficientes, debemos tener una posición más decidida y con propuestas concretas, que de a poco y al calor de la organización y agitación se han ido construyendo en nuestras facultades.

Todas nuestras discusiones, en cursos, carreras y facultades deben sintetizarse en una fuerza de presión, ya no basta con desgastarse en conversaciones que quedan sólo en eso, pasemos a la acción y a la movilización, ese es nuestro llamado.

Los estudiantes también queremos un nuevo Campus, pero con un proyecto construido entre todos y al servicio de nuestra comunidad y nuestro país. Queremos mejor infraestructura, pero que se prioricen las necesidades de estudiantes, funcionarios y profesores. Un proyecto de "embellecimiento" no nos sirve para suplir la falta de salas, espacios de estudio, inexistencia de un jardín infantil para los hijos de quienes estudiamos y trabajan en la universidad.

Queremos que de una vez por todas se den las discusiones de contenido y no sólo en la forma que toma la repartición del dinero entre los decanos y directores. Construyamos verdaderos proyectos académicos, démosle sentido a la interdisciplina. Con facultades comprometidas por el debate nacional, enfocadas en las problemáticas de las mayorías de nuestro país y no en lo que demanda el mercado o el último grito de la moda intelectual. Generemos una posición clara con respecto a las pedagogías y la educación, que siendo problemáticas nacionales han sido dejadas de lado por nuestra universidad y el Campus.

No aceptaremos que nuestras facultades se endeuden por un proyecto que todavía no se ve sustentable en el tiempo y que aún no deja claro hacia donde va. Rectoría debe asumir la contra-parte del proyecto porque es su deber, al ser este un plan de universidad y por la deuda histórica de la Universidad de Chile con nuestro Campus. Y aquí mismo debe existir una redistribución del presupuesto de nuestras facultades para asegurar que esto no sea pan para hoy y hambre para mañana.

Debemos luchar en todas las instancias por que el estado asuma su responsabilidad con sus universidades que se dicen públicas, pero que en la práctica están sumidas en la privatización. El convenio de desempeño no es ninguna solución, la instalación de métodos competitivos no mejorará el conjunto del sistema público de educación superior. El convenio de desempeño le quita la autonomía y condiciona capitales, esto refuerza la completa separación y la irresponsabilidad del estado con la educación pública. No busca "regular" los aportes, sino que condicionar a aquellos. Es necesario que el Estado aumente el Aporte Fiscal Directo (AFD) hacia sus universidades.

Este proyecto no soluciona los problemas que padece la universidad, sino que los mantiene; y promueve la política económica de autofinanciamiento, dando pie para llevar acabo prácticas mercantiles más profundas que terminarán por elitizar completamente la universidad y precarizarla más de lo que está, sometiéndola a la descarnada competencia del mercado educacional, que sólo beneficia a los que poseen capital. La política del gobierno hacia la universidad encierra únicamente beneficio para unos pocos, y perjuicio para las mayorías.

Pongamos las cartas sobre la mesa, exijamos un proyecto de revitalización real y no sólo buenas intenciones.

Es inaceptable que no haya claridad sobre el financiamiento final del proyecto.Exijamos que el proyecto se construya de forma democrática.Es inaceptable que las facultades se sigan endeudando.

Exijamos que el estado sea responsable de la educación pública.Es inaceptable que nos alcen los aranceles para costear el proyecto.

No permitamos que la U de Chile se transforme en una Universidad de carácter privado en la práctica.

Es inaceptable que se hagan externos los contratos de los funcionarios para costear el proyecto.

No aceptemos la subcontratación ni la flexibilización laboral, no precaricemos los trabajos de comunidad.

Es inaceptable que el financiamiento de las universidades estatales se regule mediante convenios de desempeño.

Digamos NO al convenio de desempeño, y exijamos el directo financiamiento estatal, manteniendo la autonomía interna de las universidades.

Es inaceptable que no se considere la voz de los estudiantes ni de los funcionarios.

Organicémonos por la construcción de una nueva universidad.

Es inaceptable que la universidad avance en la elitización y la privatización sin que los estudiantes se manifiesten.

Levantémonos y discutamos en nuestros espacios para pasar pronto a la acción y la movilización que nos permita enfrentar estos problemas.